Ahora sí que con el perdón de la palabra pero que se las crea su madre. Esta semana me he quedado sorprendido con la situación de que China ha querido imponer restricciones a la exportación de materias primas. Los argumentos no pueden ser mas que cómicos por parte de la nación china. Demanda interna y preocupación ambiental.
Quizá el argumento de demanda interna sea un poco mas creíble, aunque siendo uno de los mayores importadores del mundo, no se explica cómo es posible que no se pueda cubrir la demanda de materia prima para su industria.
En cuanto a su “preocupación ambiental”, es poco mas que risible cuando es uno de los países cuya industria es una de las mas contaminantes del mundo. Ahora resulta que de pronto, al gobierno chino le preocupa la situación ambiental.
Detrás de todas estas razones para justificar las restricciones a la exportación de materias primas, se esconde una estrategia de acaparamiento de materias primas, sobre todo de minerales estratégicos para la producción de alta tecnología.
Estas medidas afectan a minerales como la bauxita, el carbón vegetal, el espato flúor, el magnesio, el manganeso, el metal de silicio, el carburo de silicio, el fósforo amarillo y el zinc. Todos ellos son componentes esenciales para fabricar productos de acero, aluminio y en el sector químico y como China es un productor líder de estas materias primas, cualquier restricción puede repercutir en el aumento de los precios.
La semana pasada, se llevó a cabo un fallo por parte de la OMC a esas restricciones, y concluyó que las restricciones de China a la exportación de materias primas es ilegal. La Unión Europea, México y Estados Unidos sentaron a China en el banquillo de la OMC en 2009, al considerar que el establecimiento de cuotas e impuestos a la exportación de algunas materias primas es ilegal y contrario a los compromisos adquiridos por China al adherirse a la institución. Tanto Washington como Bruselas se congratularon del fallo y la Unión Europea instó a China a que suspenda las restricciones para este tipo de tierras donde se encuentran los minerales necesarios en la fabricación de productos de alta tecnología.
El fallo de la OMC es un espaldarazo a favor del comercio abierto y el acceso justo a las materias primas, que es finalmente por lo que tiene que velar esta institución.
LCI Roberto Anaya García
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